El accidente de Angrois se refiere al descarrilamiento de un tren de alta velocidad en la curva de A Grandeira en Angrois, una parroquia de Santiago de Compostela, en Galicia, España, el 24 de julio de 2013.
El tren Alvia, que se dirigía desde Madrid hacia Ferrol, descarriló mientras realizaba la curva pronunciada a una velocidad de alrededor de 179 kilómetros por hora, más del doble del límite de velocidad permitido en esa sección de la vía. Como resultado, el tren chocó contra un muro de contención y varios coches volcaron, provocando la muerte de 80 personas y dejando más de 140 heridos.
El accidente fue atribuido a un error humano por parte del maquinista, quien admitió haber perdido la atención y no haber disminuido la velocidad a tiempo. Además, se encontró que la señalización y los sistemas de protección no estaban en condiciones óptimas en ese tramo de la vía.
El accidente de Angrois fue una de las peores tragedias ferroviarias en España en décadas y generó un gran debate sobre la seguridad de los trenes de alta velocidad y la responsabilidad de los organismos encargados de la infraestructura ferroviaria. Se llevaron a cabo investigaciones y se implementaron medidas para mejorar la seguridad en la red ferroviaria española.
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